Consumición.

Prende un cigarrillo y mientras se va consumiendo desprende el humo arrastrado por el viento, poco a poco se terminará… al fin y a el cabo todo se acaba algún día, el cigarro tiene los minutos contados sobre seguro, tal vez sean diez, tal vez sean cinco, pero sabe que tarde o temprano no será nada, tan solo quedarán las cenizas de lo que algún día fue y ya no será jamás, podrás recordar su sabor, podrás recordar su olor, pero con el tiempo todo aquello quedará en el olvido… se siente tan identificada… su vida se consume, le queda la incertidumbre del tiempo que le queda, quizás sean diez minutos o cinco años, la muerte puede estar acechando en cada esquina, en cada lugar, sin previo aviso, cualquier día se la podrá llevar… ¿y que quedara? Un cuerpo febril, un perfume hostil, y un recuerdo huidizo, marchito, puede resultar una muerte dulce, como la del cigarrillo, o quizás no tanto, cuesta admitirlo...