Pequeños placeres de la vida, pueden parecer pequeños, pero son mucho mas grandes de lo que te piensas...Pasan desapercibidos a los ojos de la gente, pero para cada uno son diferentes, unos los sientes a solas, otros en compañia, otros en la noche, otros en la esquina de tu habitación, y otros en el lugar mas incógnito del planeta. Los sentimos...

miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Por qué? ¿Quieres saber por qué


Entra en una cabina bronceadora y fríete durante dos o tres días. Cuando las ampollas de tu piel hayan estallado y te hayas descamado, retuércete en sal gorda y después ponte ropa interior cosida con hilo de cristal y alambre de cuchillas. Vístete con tu ropa habitual, siempre y cuando te vaya estrecha.

Fuma pólvora y ve al instituto, para brincar entre aros, siéntate y suplica, cumple las órdenes. Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamándote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo, “una decepción”. Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestésico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el anestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estás colocada hasta el alma. Te está pudriendo por dentro pero no puedes parar.

Te miras en el espejo y sólo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.

“¿Por qué?”, no es la pregunta correcta.
Pregúntate, “¿Por qué no?”

No hay comentarios:

Publicar un comentario